Información sobre vacunas

Información sobre vacunas

Existe mucha información sobre vacunas pero no da una idea clara de cómo ha sido realmente la vacunación a lo largo de la historia y sus consecuencias para la Humanidad. DEMANDA contra la PLANDEMIA ¡DIOS con nosotros!® te abre la puerta a una información sobre el origen de la vacunación y sus verdaderos frutos, qué es lo que llevan las vacunas y sus consecuencias en la Humanidad.

Contexto histórico de las vacunas

Herbert Spencer, naturalista, filósofo, sociólogo, psicólogo y antropólogo (nacido en Derby, Inglaterra, el 27 de abril de 1820 y fallecido en Brighton, Inglaterra, el 8 de diciembre de 1903)

Las espantosas cifras estadísticas que revelan los estragos causados por la vacuna en la salubridad pública, han sido combatidas por parte de los médicos mediante una conspiración de silencio

Herbert Spencer, naturalista, filósofo, sociólogo, psicólogo y antropólogo (1820-1903)

¿Cuál es la historia de las vacunas? ¿Son realmente efectivas y seguras? ¿Realmente las vacunas han erradicado enfermedades? ¿Las vacunas realmente han salvado vidas? La práctica de la vacunación tiene un contexto histórico que despeja dudas hasta del más escéptico…

Las vacunas están consideradas el avance más importante en el campo de la medicina y se cree que son las responsables de la reducción de la morbilidad y de la mortalidad de las enfermedades. Sin embargo, las cuestiones sobre su seguridad y eficacia han sido puestas en duda por eminentes profesionales de la medicina. Además, la verdadera oscura historia de las vacunas es prácticamente desconocida para el público en general.

Existe una arraigada creencia social en las vacunas, pero no está basada ni en la historia ni en las evidencias. La creencia de que las vacunas hayan servido para erradicar enfermedades es un mito propagado por las jerarquías gubernamentales, médicas y por la industria de fabricación de vacunas con la complicidad de los medios masivos oficiales de comunicación.

¿Cómo surgió la teoría del contagio y la idea de la inmunización por medio de la inoculación?

Dramaturgo y pensador Bernard Shaw Dublín (26 de julio de 1856-Ayot St. Lawrence, 2 de noviembre de 1950)


La vacuna es una ridícula «chifladura», comunicada a Jenner por los ignorantes campesinos de su época


Dramaturgo y pensador George Bernard Shaw (1856-1950)

La realidad es que las vacunas más bien están detrás de otras enfermedades y de muchas muertes. La teoría del contagio y la idea de inmunización a través de la técnica de la inoculación o variolización surgieron en un contexto histórico totalmente distinto al actual. Actualmente, la mayoría de las personas vivimos en ciudades con sistemas de alcantarillado y una cultura de higiene. Tenemos acceso a agua y jabón, podemos lavar la ropa en lavadoras, sabemos que los alimentos los tenemos que lavar antes de consumirlos y podemos beber agua limpia.

La población no vivía en ciudades, sino más bien en el campo y vivía de su trabajo en el campo o las personas trabajaban prácticamente como esclavos para terratenientes poderosos. Se trataba de personas analfabetas, incultas e ignorantes. Debido a esta falta de conocimientos generales y de una cultura mínima de higiene, las personas se enfermaban al igual que su ganado. Los animales estaban también expuestos a condiciones insalubres y comían al igual que los campesinos y las personas de campo alimentos y agua sucios. La alimentación de los campesinos tampoco era muy buena. No contaban con una nutrición mínima y, por tanto, podían llegar a estar desnutridos y deshidratados.

Como vemos, tanto campesinos como animales estaban expuestos a unas condiciones de vida precarias e insalubres y trabajan demasiadas horas al día. Tanto animales como campesinos sufrían de estrés físico como de estrés psicológico y esto hizo que surgieran evidencias físicas a las que más adelante conoceríamos con el nombre de viruela. Empezaron a salir en la piel eccemas, ampollas o manchas debidas a las intoxicaciones y al estrés que padecían los trabajadores de campo y los animales. Comenzó, entonces, a decirse que se trataba de una enfermedad infecto-contagiosa pero esto solo fue una teoría de los campesinos ignorantes pues observaron que estas pústulas o eccemas les salían tanto a animales como a personas. Los campesinos dedujeron una teoría fantástica de que si alguien estaba en contacto con un animal que tuviese este tipo de lesiones en la piel, se podía infectar. Y así es cómo comenzó esta paranoia social del contagio y que derivó en la «Teoría del Contagio», hipótesis muy discutida y desechada tanto por hechos históricos como por polímatas como Alfredo Russel Wallace o Alfredo Hélsby Hazell o por científicos como Charles Creighton.

Y se empezaron a hacer experimentos antihigiénicos, infectos e inmundos con la materia sucia que salía de las ampollas de animales y de personas, produciendo la inmundización de personas sanas y epidemias que dieron lugar a nuevas enfermedades, al debilitamiento de la salud de las personas y a mucha muertes producidas directa o indirectamente por las vacunas.

Esta repulsiva teoría proveniente de campesinos ignorantes se extendió y ya en el siglo XIX y principios del XX se hizo tan popular que hasta se hicieron decretos para la vacunación obligatoria.

Las ciudades, la industrialización y la inmundización: terreno abonado para la imposición de las vacunas

En el siglo XIX, las ciudades se superpoblaron debido a la fuerte migración de los campesinos para trabajar en las industrias, dando lugar al hacinamiento, a la acumulación de desechos humanos y animales y a la concentración de residuos tóxicos provenientes de los comercios en barrios obreros. Estamos hablando de la Revolución Industrial, época en la que las ciudades eran auténticos vertederos de todo tipo de residuos, sin higiene de ningún tipo.

Ciudad en la Primera Revolución Industrial

Las ciudades no disponían de alcantarillado y no estaban acondicionadas para la evacuación de residuos generados en las fábricas y los mataderos. En viviendas de una sola habitación podían vivir muchas familias sin cuarto de baño ni ventilación apropiada.

Estas condiciones de vida precarias, la insalubridad y la malnutrición (la dieta era muy pobre en nutrientes y se consumían productos contaminados y en mal estado) provocaron la aparición y la propagación de enfermedades consideradas infecciosas.

Los defensores de las vacunas afirman que estas son las responsables de la disminución de la mortalidad y de la práctica desaparición de muchas enfermedades infecciosas.

No obstante, enfermedades consideradas infecciosas como la fiebre tifoidea, el cólera, la disentería, el tifus, la difteria, la tos ferina, la escarlatina, el sarampión, la fiebre amarilla, la tuberculosis y la fiebre puerperal, que acabaron con la vida de millones de personas en los siglos XIX y XX, disminuyeron enormemente gracias a la mejora de condiciones de vida, la educación higiénica y la mejora de la nutrición, que fortaleció el sistema inmunológico de las personas.

Además, durante el siglo XIX, la práctica de la variolación se asoció con la aparición de nuevas enfermedades como son las siguientes:

  1. Sífilis
  2. Escrófula
  3. Eczemas
  4. Erisipela
  5. Celulitis
  6. Psoriasis
  7. Septicemia
  8. Gangrena
  9. ceguera
  10. Tuberculosis
  11. Pulmonía
  12. Bronquitis
  13. Diarrea
  14. Convulsiones
  15. Raquitismo
  16. Y más
Libro de Alfredo Héelsby: Fracaso de la vacuna por inútil y desastrosa
Libro de Alfredo Hélsby: Fracaso de la vacuna por inútil y desastrosa

Existe una relación directa entre la mejora de las condiciones de vida, el descenso de la vacunación, la implementación de una nutrición saludable y la salud y el descenso de mortalidad causada por enfermedades consideradas infecciosas. No existe una base de datos que haya recogido las tasas de mortalidad y de enfermedad a raíz de la introducción de las vacunas. ¿Dónde están, pues, los datos que demuestran que las vacunas hayan erradicado las enfermedades infecciosas del pasado? Simplemente, no existen. De hecho, se basan en publicidad institucional sin evidencia científica en absoluto.

La Revolución Sanitaria comenzó en el siglo XIX con la mejora de las condiciones higiénicas, una educación en higiene y las mejoras en las infraestructuras de las ciudades, lo cual llevó a un descenso espectacular de todo tipo de enfermedades «infecciosas» sin necesidad de vacuna.

Pero no fue hasta principios del siglo XX cuando hubo un cambio radical en la medicina que conocemos hoy en día…

¿De dónde surge la idea de vacunar para prevenir enfermedades?

El método vacunal, supuestamente preventivo, se elucubró ya desde el siglo XVII en zonas rurales por campesinos y granjeros que fueron los que realmente lanzaron esta teoría de enfermedades infecto-contagiosas y de inmunización a través de contagios más leves para permitir que el cuerpo combatiese mejor la enfermedad.

Allá por los siglos XVII, XVIII e, incluso, XIX, no había una cultura higiénica generalizada. No se le daba importancia al hecho de tomar agua limpia. Se bebía agua contaminada de residuos fecales y de restos de material procedentes de las fábricas industriales. Además, no se cocinaba en debidas condiciones higiénicas. Se comían alimentos en mal estado, lo que se podía conseguir por aquellas épocas de mucha pobreza. No había conocimiento de higiene ni en el campo ni en las ciudades. Hablamos de una sociedad embrutecida, analfabeta y básica.

Vacunación en Chile-de 1805 a 1923
Vacunación en Chile (1805-1923)

Entonces, la gente de campo comenzó a divagar sobre el origen de por qué se enfermaban animales y personas y, sin mucho tino y sapiencia, llegaron a las siguientes conclusiones que no eran más que especulaciones:

  • Lo que enfermaba a personas y a animales era algo microscópico, algo que se escapaba a sus ojos de humanos.
  • Los campesinos pensaban que se enfermaban personas y animales a la vez porque se trataba de algo contagioso, incluso, entre distintas especies (zoonosis).
  • Que aquello que producía el contagio era algo que se transmitía de animales a personas y viceversa pero también entre personas.
  • Que se podía pasar la enfermedad de forma más leve con el contagio inducido. Para esto, se tomaba linfa de una pústula de un animal enfermo o pus de una pústula de otra persona variolosa y se ponía en una herida hecha con una lanceta a una persona sana. Esta repulsiva práctica antimédica y antihigiénica tuvo otras variantes: desde poner un poco de linfa de animal enfermo en otros animales más y, luego, aplicárselo a la persona sana que se pretende inmunizar; hasta mezclar un revoltijo aberrante hecho entre diferentes personas supuestamente infectadas o, incluso, entre personas y animales infectados para luego aplicárselo al sujeto sano, queriendo con esto inmunizarlo. ¡Una aberración!
Edward Jenner (1749-1823) practicando con su lanceta un corte a un niño sano con el que se pretende experimentar la aberración de la vacunación

Esta hipótesis de que existen microorganismos patógenos que producen enfermedades y hasta muerte y que con la inmunización a través de las vacunas se puede sufrir la supuesta enfermedad de manera más leve, está basada en la creencia popular de gente de campo de aquellas épocas en las que no se tenía una educación higiénica.

Sin embargo, y de manera científicamente inexplicable, esta hipótesis tomó popularidad y se continuó practicando durante siglos hasta el día de hoy, que se hace de manera más sofisticada pero que no deja de ser la misma práctica aberrante pero mezclada con sustancias más letales.

Comparación entre la basura y el contenido de las vacunas

Como hemos apuntado, hasta antes de entrado el siglo XX, no se bebía agua limpia siempre y, en ocasiones, las personas no podían nutrirse bien o comían alimentos contaminados, de ahí que se enfermasen. Tampoco había sistema de alcantarillado ni de evacuación de residuos orgánicos ni de las fábricas.

Recordemos los pozos negros que daban lugar a contaminación del agua, de los alimentos y del ambiente. La teoría de los miasmas, por ejemplo, sostiene que las enfermedades surgen de la contaminación causada por emanaciones fétidas del suelo o la ingesta de aguas sucias. La ciencia alopática actual se basa en la superchería del siglo XVII por los campesinos ignorantes que nunca fue demostrada científicamente.

Teoría de los miasmas
Teoría de los miasmas

Las vacunas son un tipo de medicamento supuestamente preventivo. Se han hartado de decirnos que las vacunas son seguras y eficaces, sin embargo, medir la eficacia de estas sería complicado puesto que no hay manera de comprobar, por lo menos oficialmente, si la persona inoculada no padecerá la enfermedad para la que se está vacunando por haberse inoculado o por otros factores, y tampoco si la padecería igualmente si no se hubiese vacunado.

En la actualidad, los propios fabricantes de las vacunas y las propias agencias reguladoras, como los CDC, reconocen que, aún vacunándose, la persona podría contraer la enfermedad. Esto tira por tierra toda afirmación de eficacia por razones evidentes. Si es un medicamento preventivo y no evita padecer la enfermedad, entonces, no se puede afirmar que sea efectivo.

Calendario vacuna de por vida de 2024

* Calendario de inmunizaciones de la Asociación Española de Pediatría: recomendaciones 2024

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